El 30 de noviembre de 2009, en una rueda de prensa en la Feria del Libro de Guadalajara me preguntaron, con motivo del Premio Reina Sofía, si con él yo estaba en camino del Premio Cervantes. "Para nada", contesté. "Lo veo muy lejano. Nunca lo voy a ganar".
Al amanecer del lunes 30 la voz de la Señora Ministra de Cultura, Doña Ángeles González Sinde, me dio la noticia y me hundió en una irrealidad quijotesca de la que aún no despierto. Por aturdimiento, no por ingratitud, apenas en este día doy gracias al jurado por su generosidad al privilegiarme cuando apenas soy uno más entre los escritores de este idioma y hay tantas y tantos dignos con mucha mayor justificación que yo de estar ahora ante ustedes. Para volver al plano de la realidad irreal o de la irrealidad real en que los personajes del Quijote pueden ser al mismo tiempo lectores del Quijote, me gustaría que el Premio Cervantes hubiera sido para Cervantes. Cómo hubiera aliviado sus últimos años el recibirlo. Se sabe que el inmenso éxito de su libro en poco o nada remedió su penuria. Cómo nos duele verlo o ver a su rival Lope de Vega humillándose ante los duques, condes y marqueses. La situación sólo ha cambiado de nombres. Casi todos los escritores somos, a querer o no, miembros de una orden mendicante. No es culpa de nuestra vileza esencial sino de un acontecimiento ya bimilenario que tiende a agudizarse en la era electrónica. En la Roma de Augusto quedó establecido el mercado del libro. A cada uno de sus integrantes -proveedores de tablillas de cera, papiros, pergaminos; copistas, editores, libreros- le fue asignado un pago o un medio de obtener ganancias. El único excluido fue el autor sin el cual nada de los demás existiría. Cervantes resultó la víctima ejemplar de este orden injusto. No hay en la literatura española una vida más llena de humillaciones y fracasos. Se dirá que gracias a esto hizo su obra maestra. El Quijote es muchas cosas pero es también la venganza contra todo lo que Cervantes sufrió hasta el último día de su existencia. Si recurrimos a las comparaciones con la historia que vivió y padeció Cervantes, diremos que primero tuvo su derrota de la Armada Invencible y después, extracronológicamente, su gran victoria de Lepanto: El Quijote es la más alta ocasión que han visto los siglos de la lengua española. Nada de lo que ocurre en este cruel 2010 -de los terremotos a la nube de ceniza, de la miseria creciente a la inusitada violencia que devasta a países como México- era previsible al comenzar el año. Todo cambia día a día, todo se corrompe, todo se destruye. Sin embargo en medio de la catástrofe, al centro del horror que nos cerca por todas partes, siguen en pie, y hoy como nunca son capaces de darnos respuestas, el misterio y la gloria del Quijote.
Al amanecer del lunes 30 la voz de la Señora Ministra de Cultura, Doña Ángeles González Sinde, me dio la noticia y me hundió en una irrealidad quijotesca de la que aún no despierto. Por aturdimiento, no por ingratitud, apenas en este día doy gracias al jurado por su generosidad al privilegiarme cuando apenas soy uno más entre los escritores de este idioma y hay tantas y tantos dignos con mucha mayor justificación que yo de estar ahora ante ustedes. Para volver al plano de la realidad irreal o de la irrealidad real en que los personajes del Quijote pueden ser al mismo tiempo lectores del Quijote, me gustaría que el Premio Cervantes hubiera sido para Cervantes. Cómo hubiera aliviado sus últimos años el recibirlo. Se sabe que el inmenso éxito de su libro en poco o nada remedió su penuria. Cómo nos duele verlo o ver a su rival Lope de Vega humillándose ante los duques, condes y marqueses. La situación sólo ha cambiado de nombres. Casi todos los escritores somos, a querer o no, miembros de una orden mendicante. No es culpa de nuestra vileza esencial sino de un acontecimiento ya bimilenario que tiende a agudizarse en la era electrónica. En la Roma de Augusto quedó establecido el mercado del libro. A cada uno de sus integrantes -proveedores de tablillas de cera, papiros, pergaminos; copistas, editores, libreros- le fue asignado un pago o un medio de obtener ganancias. El único excluido fue el autor sin el cual nada de los demás existiría. Cervantes resultó la víctima ejemplar de este orden injusto. No hay en la literatura española una vida más llena de humillaciones y fracasos. Se dirá que gracias a esto hizo su obra maestra. El Quijote es muchas cosas pero es también la venganza contra todo lo que Cervantes sufrió hasta el último día de su existencia. Si recurrimos a las comparaciones con la historia que vivió y padeció Cervantes, diremos que primero tuvo su derrota de la Armada Invencible y después, extracronológicamente, su gran victoria de Lepanto: El Quijote es la más alta ocasión que han visto los siglos de la lengua española. Nada de lo que ocurre en este cruel 2010 -de los terremotos a la nube de ceniza, de la miseria creciente a la inusitada violencia que devasta a países como México- era previsible al comenzar el año. Todo cambia día a día, todo se corrompe, todo se destruye. Sin embargo en medio de la catástrofe, al centro del horror que nos cerca por todas partes, siguen en pie, y hoy como nunca son capaces de darnos respuestas, el misterio y la gloria del Quijote.
Muchas gracias.
PREMIOS Y RECONOCIMIENTOS
Jose Emilio Pacheco ha obtenido los siguientes premios literarios - es decir los principales reconocimientos a su labor como poeta y ensayista:
Premio Magda Donato 1967 por Morirás lejos
Premio Nacional de Poesía Aguascalientes 1969 por No me preguntes cómo pasa el tiempo
Premio Xavier Villaurrutia 1973 por El principio del placer
Doctor honoris causa por la Universidad Autónoma de Sinaloa
Premio Nacional de Periodismo de México 1980
Premio Malcolm Lowry 1991
Premio Nacional de Lingüística y Literatura 1992
Premio José Asunción Silva al mejor libro de poemas en español publicado
Premio Mazatlán de Literatura 1999
Premio Iberoamericano de Letras José Donoso 2001
Premio Internacional Octavio Paz de Poesía y Ensayo 2003
Premio de Poesía Iberoamericana Ramón López Velarde 2003
Premio Internacional Alfonso Reyes 2004
Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda 2004
Premio Internacional de Poesía Ciudad de Granada Federico García Lorca 2005
Miembro honorario de la Academia Mexicana de la Lengua el 23 de mayo de 2006.
Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana 2009
Medalla 1808, otorgada por el gobierno del Distrito Federal 2009
Medalla de Oro de Bellas Artes 2009
Doctorado honoris causa por la Universidad Autónoma de Nuevo León 2009
Doctorado honoris causa por la Universidad Autónoma de Campeche 2010
Doctorado honoris causa por la Universidad Nacional Autónoma de México 2010
Premio Cervantes 23 de abril de 2010.
VOCES DRAMATIZACIÓN
Jose Cortés
René Rosique
Jaime Rosique
Angelina Cruz
Diego Salazar
Víctor Manuel Orozco
LOCUCIÓN
Claudia Carvajal,Magaly Torres y Juan Manuel Guzmán
Realización Juan Manuel Pérez Guzmán, para Radio UJAT, de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco.
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