“Los pequeños poemas que comparto
aquí hablan de mi pasión por todo lo
cristiano. Creo en Cristo como Dios y la única realidad importante en la
historia del planeta. Todo lo demás -arte, ciencia, etcétera— es accesorio,
secundario y anecdótico.
Desde siempre organizo “El Nacimiento” cada Navidad en mi casa. Estoy seguro que es lo único notable que hago en mi vida. Es casi una obra maestra. He podido conjuntar la plática, la música y el poema, así cada año. Miles de gentes van a mi casa durante cinco o seis semanas, un largo rato de noche a mirar “El nacimiento”. Los poemas que forman esta sección se escribieron siempre horas después de haber terminado mi trabajo anual.
Mi madre, tan humana cuanto religiosa, me inició en la divina práctica de “El Nacimiento”. Gracias a Dios y a ella, puede, puedo, hacer cada diciembre lo que dura un mes y parece eterno.”
Carlos Pellicer Cámara, Poeta de América
SEÑORAS Y SEÑORES,
hablad silencio,
que aquí están las estrellas
y los luceros.
Cuando el campo levanta
todo su cielo
por hacerle a la noche
puente ligero,
el árbol con follaje
vende su sueño
al árbol sin follaje,
por algún cuento
en que se oigan los pájaros
salir al viento
cantando lo que cantan
sombra y lucero.
La ronda de los ángeles
cerró su vuelo
y en un hueco de luz
abre los cielos
rotos del buen pesebre
cuyo alimento
es un niño que sueña
sin tener sueño.
Cuando tenga palabras
podrá en el tiempo
la eternidad con gloria
de su misterio.
Este niño en la noche
bajó un lucero
y se está iluminando
todo por dentro.
Cuando este niño diga
su nombre entero,
el que escuche, entendiéndolo,
será lucero.
Señoras y señores,
volved a hablar.
Con los ojos del día
Voy a soñar.
SEÑOR, EN ESTA NOCHE
de estrellas en el campo,
oye estos sones
que yo te canto.
Yo muero cada año;
Tú siempre naces.
Mi guerra es contra Ti:
hagamos paces.
¡Ay qué noche! Parece
que ya es de día.
Y es que nos está mirando
la Virgen María.
AQUÍ ESTÁ LA MAÑANA,
Cuerpo del día,
bañándose en el agua
de la Alegría
Aquí está la Alegría
con los brazos en cruz.
Aún de las piedras brota
sudor de luz.
Ha nacido la Luz.
Joven pastor que guías
al pastor ciego;
¿no me miras los ojos,
los que no tengo?
Yo palpo las luciérnagas
y no las veo.
Joven pastor; mis ojos
Se ven de ciego.
A la luz, a las luces,
pan de mis ojos,
ponle un poco de luz,
dásela pronto.
Al color de los pájaros
y de los peces;
a la luz de tus luces
y de tus sienes
por los dedos del día
que todo tienen,
sácame de los ojos
lo que me hiere,
lo negro del diamante
que no se enciende,
y del pez y los pájaros
y de la luz del día
que corra en mi corazón como la tinta
de este paisaje azul que con los árboles
sostiene el alma de este
inmenso día.
LA NOCHE SE HA ENCENDIDO
sobre el desierto.
Arde la soledad
como un corazón bien abierto.
La roca blanca de la soledad
habla, desintegrándose en silencio.
La soledad blanca de la roca
fluye como un hermoso recuerdo,
como la memoria de un jardín visitando en la noche
y llevando en las manos
quién sabe por qué, un espejo.
En el espejo ha nacido un Niño.
Bueno: ha nacido el Cielo
Se oye nacer todo lo que ha nacido
y lo que seguirá naciendo.
Para nosotros los pobres de espíritu, estas palabras
se dicen humildemente en silencio.
Los pobres más pobres
porque hemos dilapidado el tiempo.
El tiempo diamante,
El tiempo amor, el tiempo sueño.
¿Qué vamos a darle a este pobre Niño
cuya riqueza se riega sobre el desierto,
como un río de diamante,
como un río de amor, como un río de sueño?
Ángeles y pastores
me pongan a cantar;
porque he visto el oasis
bajo del palmeral
y si bebo una estrella
la noche me dará
corazón de diamante
y el amor que vendrá
realidad hará el sueño
con tanta realidad
que yo diré que es un sueño
por no decir verdad.
Pobreza que repartes
tanta riqueza, da
a mis ojos la Aurora
CRÉDITOS
LECTURA DE POEMA: Carlos Pellicer Cámara, tomado del disco “Cosillas para el Nacimiento” editado por la Universidad Nacional Autónoma de México
GUION: Área creativa del CECOM
LOCUCIÓN: Rosaura Ortíz Ovando
REALIZACIÓN: Juan Manuel Guzmán
1 comentario:
No me gustó... MUY JALADO
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