
La Revolución Mexicana, sin el general Francisco
Villa, no se puede entender como el proceso social que vislumbró la esperanza
de forjar un país mejor, más equitativo y menos lacerante, como el que estamos
viviendo actualmente. Por ello, entre las figuras que han desmenuzado la
trayectoria vital y militar del Centauro del Norte, destaca la escritora,
bailarina y coreógrafa Nellie Campobello, de quien hemos elegido el siguiente fragmento
que aparece en su: “Obra Reunida”, volumen en el que se incluye “Apuntes
sobre la vida militar de Francisco Villa”

“Conviene aclarar que habiendo nacido yo en tiempo de la Revolución, no pude conocer al general don Francisco Villa y menos aún darme cuenta de su vida. Quien me habló de él por primera vez fue su viuda, la señora Austreberta Rentería de Villa. Ella me ha hecho conocerlo tanto en lo físico como en lo moral. Y me permitió leer el archivo de su difunto esposo, siendo allí donde me pude dar cuenta de las andanzas del guerrero.
He ido a conocer varios lugares donde se dieron algunas de las batallas. Mi deseo era saberlo todo –imposible deseo-La verdad de sus batallas es la verdad de su vida.


Hago constar que este Francisco Villa nada tiene que ver con el protagonista de tantas historias falsas y leyendas ridículas.
La persona a la que se refieren estos apuntes tuvo una vida ejemplar como soldado. Dio batallas gloriosas las más y las mejores habidas en México. Hizo innovaciones prácticas de la caballería en batalla y le dio nuevas formas a la infantería, enriqueciendo los recursos de la guerra.
De dónde surge el hombre de guerra


Así vivían y así comían: todo en defensa propia, como los rebeldes de cualquier época. Bandidos los llamaban los hombres del Gobierno, así se moteja a cuantos luchan contra una dictadura.

En 1910 Francisco Villa continuó su rebeldía en las ciudades. Vino sonriente, con la seguridad que sólo tienen las gentes que han sufrido. México presentaba el aspecto de una cárcel: sus hijos estaban encadenados. Los hombres que gobernaban eran fuertes. Villa, siguiendo a Francisco I. Madero, supo que con palabras y manifiestos nada se haría, porque el pueblo no sabía leer, los esclavos ignoraban la palabra libertad. Los mineros sabían que sus pulmones se les salían por la boca, que sus piernas se les encogían por el reuma, que sus hijos tenían las canillas flacas y los ojos pelones, sabían muchas cosas tristes.

La Revolución lo utilizó primero como capitán, que a su vez junta a otros capitanes que han de ayudarlo a formar, dos años después, el primer gran ejército nacido del pueblo de México. Sus valientes capitanes iban por todos lados levantando gente; unos traían diez hombres, otros veinte, otros cincuenta; los mismos capitanes daban facultades a sus amigos para que reunieran gente, caballos, rifles.
Poco a poco fue creciendo aquella columna. Era 1911.

Por fin, su rebeldía de quince años había encontrado eco: ahora ya no estaba solo, tenía ochocientos hombres que llevaban ocho cananas por cabeza, pertrechados y vestidos de amarillo; eran una columna dorada: así decía la blanca tierra del desierto de Chihuahua y cada uno valía por diez de los mejores. En sus manos traían la vida de sus enemigos. Los soldados del pueblo pedían venganza. “Podían temblar los caciques, los elegidos, los enriquecidos con los dolores del pueblo”. Estas o parecidas palabras repiten ahora los patriotas, los viejos que hoy pasean su cabeza blanca por los campos que ayer regaron con su sangre de adolescentes e idealistas”.
Nellie Campobello
CRÉDITOS DEL AUDIO
LOCUCIÓN; Dunia Rodríguez, Maricela González y Juan Manuel Guzmán
GUION. Área Creativa del CECOM
PRODUCCIÓN; Radio UJAT 107.3 F. M. de la Universidad Juárez Autónoma De Tabasco.
REALIZACIÓN; Juan Manuel Pérez Guzmán

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1 comentario:
Pancho Villa un heroe a medias, esa autora del libro es parcial, fue un hombre rebelde y atrevido, lucho contra las injustias, fundo escuelas. Sí. Pero tambien un asesino, dinamitaba trenes cargados con gente, sin ponerse a pensar en mujeres, niños ancianos por los que dizque luchaba. Tiene una historia negra por sanguinario, que no se olvide, para heres de la revolucion, Emiliano Zapata, los hermanos Flores Magon y quiza algun otro que se me escapa. Pancho Villa, que bah.
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