HUMANISMO EXISTENCIALISTA
Inmediatamente después de la segunda guerra mundial, el panorama cultural francés se ve dominado por la figura de Jean Paúl Sartre y por el existencialismo, la corriente de pensamiento que él contribuyó a difundir a través de su obra de filósofo, escritor y su compromiso político-cultural.
La búsqueda de Sartre parte del campo de la sicología. Es más, su ambición juvenil es revolucionar los fundamentos de esta ciencia. Sartre se siente profundamente insatisfecho con la sicología moderna, con su planteo positivista y su pretensión de tratar a los fenómenos síquicos como si fueran fenómenos naturales, aislándolos, separándolos de la conciencia que los ha constituido. Para Sartre la conciencia no es un simple contenedor de “hechos” síquicos, ni una suerte de espejo que pasivamente refleja, o deforma, la realidad externa; la conciencia es fundamentalmente intencional, activa, posee su propio modo de estructurar los datos sensibles y de construir “realidades” que, aun dependiendo de éstos, presentan características que les son propias y específicas.
La emoción y la imaginación son tipos organizados de conciencia, modos particulares de relacionarse con el mundo, de atribuir un significado a las situaciones que se viven. Además, las imágenes mentales no son simples “repeticiones” de datos externos, de objetos, o de hechos; la función imaginativa, al contrario, revela la propiedad fundamental que tiene la conciencia de tomar distancia de las cosas, de trascenderlas, y de crear libremente otra realidad, como la actividad artística demuestra en sumo grado.
Estos temas del existencialismo ateo –como fue llamado– se hicieron muy populares y llegaron a transformarse en una verdadera moda en el clima de pesimismo y de desconcierto en el que se encontraba Europa después de la Liberación. Sartre, que había participado sólo marginalmente en la resistencia contra los nazis, “llevando alguna valija” –como él mismo dirá– se encontró dominando la escena político-filosófica francesa, junto al marxismo y al humanismo cristiano. Entre tanto, el horizonte político internacional se iba oscureciendo nuevamente con los primeros síntomas de la “Guerra Fría” entre la URSS y Estados Unidos, y nuevas amenazas de conflicto comenzaban a condensarse sobre la Europa dividida.
En la religión cristiana, sobre la cual se ha formado el pensamiento europeo, el Dios creador es concebido como un sumo artesano, que crea al hombre inspirándose en una determinada concepción, la esencia del hombre, tal como el artesano común fabrica el cortapapel. En el Setecientos, la filosofía atea ha eliminado la noción de Dios, pero no la idea de que la esencia del hombre precede a su existencia. Según tal concepción, dice Sartre, «...esta naturaleza, o sea el concepto de hombre, se encuentra en todos los hombres, lo que significa que cada hombre es un ejemplo particular de un concepto universal: el hombre».
Pero «el existencialismo ateo que yo represento» –prosigue Sartre– «es más coherente. Éste afirma que si Dios no existe, hay por lo menos un ser en el cual la existencia precede a la esencia, un ser que existe antes de ser definido por algún concepto: este ser es el hombre, o como dice Heidegger, la realidad humana. ¿Qué significa en este caso que la existencia precede a la esencia? Significa que el hombre ante todo existe, se encuentra, surge en el mundo, y que luego se define. El hombre, según la concepción existencialista, no es definible, en cuanto al principio no es nada. Será sólo después, y será como se habrá hecho».
«...el hombre no es de otro modo más que como él mismo se hace. El hombre es, al comienzo, un proyecto que se vive a sí mismo subjetivamente; ...nada existe antes de este proyecto; ...el hombre, ante todo, será aquello que habrá proyectado ser»
Éste es, en rápida síntesis, el camino filosófico recorrido por Jean Paúl Sartre. Camino sufrido, lleno de cambios y autocríticas, pero siempre “dentro de una cierta permanencia”. Sartre debió continuamente responder a los ataques de los burgueses ‘de bien’, de los católicos y de los marxistas, pero las críticas más profundas y radicales al intento de dar una formulación humanista a su filosofía, las recibió de Heidegger, es decir, de aquél que había sido el inspirador de varios aspectos de su existencialismo.
EL AUTOR
“A Puerta Cerrada”, título original de la obra que escucharemos, es una obra de teatro existencialista creada por el filósofo Jean-Paul Sartre en 1944, originalmente publicada en francés bajo el título Huis Clos, que significa "A Puerta Cerrada". Huis Clos fue puesta en escena por primera vez en el Vieux-Colombier en Mayo de 1944, justo antes de la liberación de París durante la Segunda Guerra Mundial
EL AUTOR
Jean-Paul Charles Aymard Sartre nació en Paris el 21 de junio de 1905 – fue conocido como Jean-Paul Sartre, filósofo, escritor, novelista, dramaturgo, activista político, biógrafo y crítico literario francés, exponente del existencialismo y del marxismo humanista. Fue el décimo escritor francés seleccionado como Premio Nobel de Literatura, en 1964, pero lo rechazó explicando en una carta a la Academia Sueca que él tenía por regla declinar todo reconocimiento o distinción y que los lazos entre el hombre y la cultura debían desarrollarse directamente, sin pasar por las instituciones. Fue pareja de la también filósofa Simone de Beauvoir. El escritor y filósofo falleció el 15 de abril de 1980, a los 74 años de edad.
Tumba de Jean Paul Sartre |
“A Puerta Cerrada”, título original de la obra que escucharemos, es una obra de teatro existencialista creada por el filósofo Jean-Paul Sartre en 1944, originalmente publicada en francés bajo el título Huis Clos, que significa "A Puerta Cerrada". Huis Clos fue puesta en escena por primera vez en el Vieux-Colombier en Mayo de 1944, justo antes de la liberación de París durante la Segunda Guerra Mundial
La obra sólo presenta cuatro personajes (uno de los cuales, el Mayordomo, “aparentemente” aparece por muy poco tiempo) y un sólo escenario. "A puerta cerrada" es la fuente de la, quizás, más famosa frase de Sartre, "El infierno son los demás".
Créditos del audio
Voces: Ludivina Costales de la Hoz. Horacio González
Rosa Isela Rosales y Juan Manuel Guzmán
Rosa Isela Rosales y Juan Manuel Guzmán
Asistencia de dirección y control de audio: Lázaro Palma Salaya
Adaptación y realización; Juan Manuel Pérez Guzmán, para radio UJAT 107. 3 F.M. de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco.
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