Bernal Díaz
del Castillo, en su “Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España”
narra detalladamente la codicia del oro y las soñadas riquezas. El oro que
habían obtenido en total (83 200 castellanos) no era suficiente para repartir
de forma satisfactoria entre toda la tropa española, por lo que iniciaron
suposiciones por parte de los mandos para obtener más oro.
Algunos
españoles juzgaron que después de la Batalla del Canal de los Toltecas, los
aztecas habían recuperado el botín y lo habían echado a la laguna o lo habían
robado los tlaxcaltecas o bien los propios soldados españoles.
De ahí que
fueran los oficiales de la Real Hacienda, y sobre todo el tesorero Julián de
Alderete, y no Hernán Cortés, que se limitó a consentirlo, los que ordenaran el
tormento de Cuauhtémoc y Tetlepanquetzaltzin. Bernal Díaz y López de Gómara así
lo argumentan.
Solemnemente
triste fue Cuauhtémoc. Un día un grupo de hombres blancos se abalanzó hasta él;
y mientras que el Imperio de tal se sorprendía, el arcabuz llenaba de huecos el
broquel. Preso quedó; y el Indio, que nunca sonreía, una sonrisa tuvo que se
deshizo en hiel. -"¿ En dónde está el tesoro ?" --clamó la vocería--;
y respondió un silencio más grande que el tropel ... Llegó el tormento... Y
alguien de la imperial nobleza quejóse. El héroe díjole, irguiendo la cabeza:
-"¡ Mi lecho no es de rosas !"- y se volvió a callar. En tanto, al
retostarle los píes chirriaba el fuego, que se agitaba a modo de balbuciente
ruego, ¡porque se hacía lenguas como queriendo hablar!
JOSE SANTOS
CHOCANO
INNUMERABLES
VERSIONES
A la llegada
de Hernán Cortés y sus soldados, aventureros en busca de riqueza en las nuevas
tierras, pusieron los ojos en la posibilidad de encontrar un gran tesoro y el
saqueo comenzó muy pronto.
Moctezuma
era el emperador en la época en que llegó Cortés a Tenochtitlán. Se dice que
siempre dudó y se mostró ambivalente con los españoles, pues si bien podían ser
un peligro, Cortés también habría podido ser el retorno de Quetzalcóatl que,
según la profecía, regresaría precisamente ese año.
Existen hoy
en día Innumerables versiones sobre el
tesoro perdido de Moctezuma.
Una de las
versiones especula con la idea de que siendo Cortés hospedado en el palacio del
padre de Moctezuma, Axayácatl, él y sus soldados comenzaron a buscar el tesoro
que aquél había reunido con el tiempo, si bien no encontraron nada los
españoles pidieron oro y les fue otorgado, pero su ambición, obviamente, nunca
fue colmada.
Llegado el momento de su huida de Tenochtitlán, cargaron con el
oro que pudieron, pero se dice, que en la lucha sobrevivieron sólo aquellos que
decidieron tirarlo para salvarse en medio de la batalla. Las aguas del lago de
Texcoco que rodeaban la ciudad, tragó el botín depositado.
Luego de
llorar su derrota, Cortés se preparó para regresar y conquistar a los mexicas.
Una vez que lo hizo, cuentan que la población mexica prefirió tirar sus
pertenencias al agua antes de verlas en posesión de los conquistadores. De esta
forma, es muy probable que todo haya quedado enterrado en el subsuelo de la
Ciudad de México.
Otra versión
Propone que
el tesoro anda en alguna comarca del norte español, porque cuenta la historia
que la hija de Moctezuma, Xipaguazin, se convirtió en la mujer de Don Juan de
Grau, barón de Toloriu, conquistador que llegó junto con Cortés y se la llevó a
vivir al misterioso pueblo de Toloriu (cercano a Francia). Ella en sí misma
puede ser el “tesoro de Moctezuma”, pero se cree que con ella viajó el tesoro
de su padre…
La última
Quizás esta
sea la versión más cinematográfica. Cuenta que conforme se iban produciendo los
acontecimientos entre los españoles y mexicas, la orden fue ir sacando
paulatinamente el tesoro mexica y llevarlo a resguardar al sur, a tierras
mayas. Si bien ambos pueblos eran rivales, pretendían encontrar solidaridad y,
al parecer, la obtuvieron. Los Mayas aceptaron guardar el tesoro en algún lugar
de la selva y realizaron los rituales necesarios para sellar el pacto de
resguardo de semejante secreto. Juraron por el destino de sus pueblos que los
conquistadores no hallarían su tesoro. Los mexicas fueron casi exterminados,
mientras que los Mayas, pareciera, prefirieron desaparecer misteriosamente,
llevándose con ellos el secreto.
Créditos del
audio.
Locución: Dunia Rodríguez
Guion: Área creativa del CECOM.
Dramatización: Fragmentos de la radionovela “la Conquista
de México”- Universidad Veracruzana
Realización: Juan Manuel Guzmán
Producción: Radio UJAT 107.3 FM, de la Universidad
Juárez Autónoma de Tabasco.
ESCUCHA EL AUDIO
No hay comentarios:
Publicar un comentario