ANÉCDOTAS PREMONITORIAS
Gral. Álvaro Obregón y Familia |
Una noche Álvaro Obregón estaba con su hijo en la casa de su antiguo
secretario Fernando Torreblanca, Obregón escuchó disparos y le comentó a su
hijo Humberto: “No eran para mí”. “Viviré hasta que haya alguien que cambie su
vida por la mía”.
El escritor Héctor Aguilar Camín
narra otra anécdota ocurrida en mayo de 1928, en el poblado de Náinari: “En el
calor abrasante de mayo el general invicto -manco, entrecano y ya presidente
reelecto-, hace cuentas y expide mensajes desde el pequeño despacho adornado
por el orgullo agrícola de una gran mazorca de maíz, cosechada en sus tierras.
Afuera ladran y aúllan, tan obsesiva como inusitadamente, sus perros de campo.
Obregón pide al chofer que los calle y el chofer sale a callarlos, pero los
perros siguen ladrando. Ordena que se les dé de comer y les dan, sin que cesen
los ladridos. ‘¡Denles carne fresca!’, grita por la ventana el general, pero la
carne fresca tampoco los calma. Enervado y ansioso, al cabo de una hora de
ladridos, el último caudillo de la Revolución Mexicana cree ver en la tenacidad
de la jauría un augurio formal de su destino. ‘Sé lo que quieren esos perros’,
dice sombríamente a su chofer: ‘Quieren mi sangre’".
LO PREDESTINADO
La Madre Conchita y León Toral
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El martes 17 de julio de 1928,
amaneció húmedo, luego de una pertinaz lluvia que había caído por la noche
sobre la Ciudad de México. José de León Toral acudió a los servicios
espirituales que se brindaban en el convento a cargo de “La Madre Conchita.
Luego desayunó, leyó los periódicos y realizó varios dibujos. A las 13:00 horas
se encontraba cerca de la residencia de Obregón, estudiando los movimientos de visitantes y automóviles.
Álvaro Obregón, mientras tanto, despachó
diversos asuntos en el transcurso de la mañana. Su taquígrafo personal escribió con tinta roja una nota de alerta en
su agenda. El jefe de la policía se había comunicado con él y le había advertido
que existían riesgos para la seguridad de Obregón.
El Gral. durante la comida
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Los rumores acerca de su posible asesinato hicieron que revisara su agenda. Vio la advertencia de su secretario, pero no le hizo caso. Estaba invitado a comer con los diputados federales guanajuatenses en el restaurante "La Bombilla", en San Ángel, propiedad del español Emilio Cazado.
La Bombilla |
En ese lugar se habían celebrado ya varias
comidas en su honor, pues le gustaban la comida y los postres que cocinaban
allí.
ESBOZO DE UN CRIMEN
José de León Toral |
Durante la comida José de León
Toral permaneció de pie cerca de la mesa de la derecha en donde se encontraba
el Gral. Obregón. El dibujante parecía arrobado en su labor y ajeno a cuanto
pasaba en su entorno. Estaba haciendo caricaturas de algunos comensales.
Toral caminó lentamente hacia la
mesa de honor y al llegar al extremo izquierdo, cerca de la cual se hallaba el
diputado Ricardo Topete, que conversaba con don Enrique Fernández Martínez, se
le acercó, diciéndole que había tomado dos caricaturas del General Obregón y
una del licenciado Sáenz.
—A ver qué le parecen a usted,
señor Topete —le dijo
—Está bien— respondió con
indiferencia el diputado Topete.
—Voy a enseñárselas al General
Obregón, a ver qué dice.
Toral dio un paso, detrás de la
gran pieza floral, debajo de la cual pasó, hasta llegar detrás del General
Obregón, el accedió complaciente a
verlas y se volvió hacia su derecha, entregándose confiado a la contemplación
de los dibujos.
Los relojes marcaban las 14:20
horas. El hecho se ejecutó
Aarón Sáenz alargó los brazos,
tratando de atrapar el cuerpo del caudillo sin lograrlo. La confusión se
apoderó de los personajes sentados en la mesa de honor. José de León Toral
quedó petrificado, apuntando la pistola hacia el suelo. El primero en tomar al
asesino y desarmarlo fue el diputado Enrique Fernández Martínez. Después lo
rodearon Ricardo Topete, Aurelio Manrique, Ignacio Otero, Antonio Valadéz,
Antonio Díaz Soto y Gama, Juan Jaimes, Homobono Márquez y Tomás A. Robinson. Lo
tundieron a golpes y culatazos. Juan Jaimes quería dispararle. Aurelio Manrique
gritó que no había que matarlo, porque debía haber cómplices y era necesario
averiguar quién estaba detrás de aquel atentado. Se ordenó que se cerraran las
salidas del restaurante. El sitio terminó casi destruido en medio del caos.
DESPUÉS DEL HECHO.
La policía comenzó a torturar para que Toral delatara a sus cómplices: lo colgaron
de los dedos, le aplicaron el tormento del agua, le dieron toques eléctricos en
los testículos y en la boca, lo golpearon. En otra habitación, torturaron
también a su esposa y lo obligaron a escuchar sus gritos.
Dibujos hechos por Toral
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Su respuesta fue el
silencio. Para que repetir lo que ya había sido expresada por Luis Segura Vilchis:
“Porque es un hipócrita perseguidor de mi fe,
un asesino de católicos, un traidor a la Patria, a la que intenta destruir en
beneficio de los Estados Unidos, al servicio de cuyo imperialismo está. Si
veinte vidas tuviera Obregón, veinte le quitaría para salvar al catolicismo y a
la patria de tan ominosa tiranía”.
EL JUICIO
El Juicio a León Toral y a la Madre Conchita |
LA MADRE CONCHITA
LA VOZ DEL PUEBLO
…Lo que vendría después del hecho es historia. ¡Vamos a
escucharla!
Créditos
Voces
Viky De Geny, Salvador Alpuin,René Rosique,Abelardo Romellón,Juan Manuel Guzmán, Pedro Telmo García, Mari Martínez, Roger Sánchez,Fráncico Zurita,Arnulfo López,Claudia Arellano
ASISTENCIA DE PRODUCCIÓN Y CONTROL TÉCNICO: Lázaro Palma Salaya
ADAPTACIÓN Y REALIZACIÓN: Juan
Manuel Pérez Guzmán
PRODUCCIÓN: Radio UJAT 107. 3 FM,
de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco y el Fondo Estatal para la cultura
y las Artes de Tabasco.
2 comentarios:
Excelente producción!!! Es un trabajo con mucha calidad y muy didáctico, en poco tiempo y de manera amena muestran un pasaje de nuestra historia!!
Ojalá sigan haciendo este tipo de trabajos y los pudieran difundir en los centros educativos!!
Saludos desde La Paz...
¡GRACIASSS¡ POR RECOMENDARLO
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