“A Bolívar
no se le puede ver por encima del hombro, ni como general, ni como estadista,
ni como escritor, ni como legislador, ni como tribuno. Bolívar es uno de los
más complejos y hermosos especímenes de Humanidad"
Rufino Blanco Fombona, escritor
y político venezolano.
Quizás ésta sea una de las
definiciones más agudas del Libertador, porque revela que no se trata de un
mesías ni de un semidiós homérico, sino de un ser humano de vida muy compleja
y, por eso mismo, hermosa para ser estudiada. Su existencia estuvo marcada por
múltiples dificultades que lo condujeron al destino que conocemos. Cuando se
habla de Simón Bolívar es difícil encontrar un comentario que no esté teñido
por alguna pasión, amiga o enemiga.
HUÉRFANO Y REBELDE
Simón Antonio de la Santísima
Trinidad Bolívar y Ponte Palacios y Blanco nació el 24 de julio de 1783 en
Caracas. Sus padres pertenecían a dos importantes linajes caraqueños, los
"amos del Valle", criollos descendientes de los fundadores de la
ciudad y que ocuparon el escalón más alto de la pirámide social durante el
período colonial.
Todo parecía preparado para que Simón y sus hermanos
administraran las cuantiosas propiedades de la familia, tal como había sucedido
durante los dos siglos anteriores.
Pero pronto la desgracia se
cernió sobre él: cuando contaba tres años murió su padre; y a los nueve
falleció su madre, que nunca le mostró demasiado cariño. Simón quedó al cuidado
de su abuelo, Feliciano Palacios. “Huérfano, prometido a una riqueza
considerable, heredero presunto de plantaciones extensas, esclavitudes y casas,
no tuvo una infancia feliz ni una educación sistemática”, escribe otro de sus
biógrafos, Arturo Uslar Pietri, a pesar de que su abuelo buscó los mejores
maestros que ofrecía la pequeña ciudad.
Pero su carácter rebelde
construyó con la desobediencia una barrera infranqueable. A los doce años se
escapó de casa de Carlos Palacios, su tutor, y huyó a la de su hermana María
Antonia. El pleito judicial por quién había de administrar su fortuna concluyó
con el traslado forzado de Bolívar a casa de un maestro llamado Simón
Rodríguez. Según el propio tutor del joven, el nuevo preceptor de Bolívar es
“un sujeto de probidad y habilidad notoria, y estando destinado por su oficio a
la enseñanza de los niños podrá más cómodamente proveer a la educación de éste,
teniéndole siempre a su vista y en su propia casa, que es bastante cómoda y
capaz”.
En 1799, cuando murió su
abuelo, Bolívar fue enviado a estudiar a Madrid. En Veracruz escribió a su tío
Pedro Palacios y Sojo, con la dudosa certeza del que aún no conoce bien la
ortografía: “Usted no extrañe la mala letra pues ya lo hago medianamente pues
estoy fatigado del movimiento del coche en que acabo de llegar, y por ser muy a
la ligera la he puesto muy mala y me ocurren todas las especies de un golpe”.
Al llegar a Madrid se alojó en casa del marqués de Ustáriz, en la calle de
Atocha, y tuvo la educación que todo joven de su clase debía recibir: lenguas
extranjeras, danza, matemáticas, equitación, historia.
En Madrid conoció a una joven,
María Teresa Rodríguez del Toro, de quien se enamoró perdidamente. Pese a la
inicial oposición del padre, en 1802 se casó con ella y regresó a Venezuela
dispuesto a atender sus haciendas; pero, apenas ocho meses después, María
Teresa murió en Caracas de una violenta fiebre, incapaz de soportar el clima
del trópico.
Éste fue, quizás, el primero
de los acontecimientos que orientaron su destino de forma muy distinta a la que
había planeado.
EL HÉROE DE UN CONTINENTE
De aquí en adelante, su vida
tomó un rumbo definitivo; los siguientes veinte años fueron los que le dieron
brillo militar y político, al hilo de los acontecimientos que jalonaron el
proceso de independencia de América del Sur.
En 1806, Francisco de Miranda,
el Precursor, invadió infructuosamente Coro, cerca de la costa venezolana; la
aventura no tuvo éxito, pero llenó de esperanza a Bolívar, que retornó entonces
a América. Por otra parte, en 1808, Napoleón colocó a su hermano José en el
trono de España y provocó una guerra que convulsionaría la Península hasta
1814; la usurpación tuvo un agudo efecto en las colonias americanas y, entre
otros muchos, produjo el movimiento secesionista de 1810 en Caracas, que
desembocó en la firma del Acta de la Independencia al año siguiente.
Fue entonces cuando comenzó la
vida pública de Bolívar; desde la Sociedad Patriótica de Caracas se distinguió
por sus ardientes llamamientos a la independencia, y enseguida se integró, con
el grado de coronel, en el ejército que al mando de Francisco de Miranda debía
defender a la república de la reacción española.
Simón Bolívar lideró durante veinte años la lucha para lograr la independencia de Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela.
En 1815, Bolívar proclamó a
Cartagena de Indias "Ciudad Heroica" por su valentía en el sitio a
que fue sometida por los españoles. Simón Bolívar se trasladó allí en 1812,
desde donde escribió el primero de sus grandes documentos políticos, el
Manifiesto de Cartagena.
Participó en la fundación de la
Gran Colombia, nación que intentó consolidar como una gran confederación
política y militar en América, de la cual fue presidente. Bolívar es
considerado por sus acciones e ideas el "Hombre de América" y una
destacada figura de la Historia Universal, ya que dejó un legado político en
diversos países latinoamericanos, algunos de los cuales le han convertido en
objeto de veneración nacionalista.
EL FINAL DE UN SUEÑO
Veinte años la lucha. La
guerra había terminado, pero la intriga política no había hecho más que
empezar. Bolívar se encontraba en el pináculo de su carrera y brillaba como el
Libertador de todo un continente. La Gran Colombia que presidía agrupaba un
vasto espacio en la mitad norte de América del Sur, los actuales estados de
Venezuela, Colombia, Ecuador y Panamá; Perú y Bolivia, liberados por él mismo y
por Sucre, se mantenían en su órbita. Pero Bolívar iba incluso más allá.
En
1818 soñaba: “La América unida, si el cielo nos concede este deseado voto,
podrá llamarse la reina de las naciones y la madre de las repúblicas". Ya
presidente de Colombia, imaginaba una “liga americana” que uniría su república
con los demás estados hispano-americanos independientes (México, Perú, Chile y
Argentina) en una federación que tendría una presencia propia en la política
internacional.
“La América unida, si el cielo
nos concede este deseado voto, podrá llamarse la reina de las naciones y la
madre de las repúblicas"
Pero pronto sus antiguos
compañeros de lucha se convirtieron en enemigos: Acusado de ansias imperiales,
en 1828 asumió la dictadura tras una conspiración en Bogotá que estuvo a punto
de costarle la vida. Hastiado de las rencillas, las ambiciones y los crímenes
políticos, frustrado porque había "arado en el mar”, en enero de 1830
convocó un congreso en el que presentó su dimisión irrevocable. En unos meses
su república unificada se disolvió, dejando en su lugar una serie de países
independientes gobernados por caudillos militares.
Los veinte años que había
pasado recorriendo el continente a caballo habían minado la salud y los ánimos
de aquel “hermoso espécimen de Humanidad" que dedicó su vida y su fortuna
a llevar a cabo el juramento que hizo junto a su maestro al pie del monte
Aventino.
Simón Bolívar falleció en
Santa Marta, el 17 de diciembre de 1830, completamente empobrecido, alejado de
la vida pública, culpado de un afán desmedido de poder, perseguido con saña por
sus envidiosos enemigos. El último deseo de su testamento político revela de
qué calibre fue la bravura que lo guió incluso a las puertas de la muerte, la
máxima dificultad:
“Si mi
muerte contribuye para que cesen los partidos y se consolide la unión, yo
bajaré tranquilo al sepulcro”.
Destacar sus acciones y trayectoria en este espacio, sería una proeza inalcanzable para este escribiente así que mi aportación será únicamente una audio-grafía para recordar al gran libertador Simón Bolívar, el cual hoy dia sigue recibiendo honores en varias partes del mundo a través de estatuas o monumentos, parques, plazas, etc. Así mismo, sus ideas y posturas política-sociales perdurarán para siempre a través de la corriente o postura llamada Bolivarianismo.
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¡Vamos al Reencuentro con la
Historia!
Créditos del audio
Guion: Área creativa del CECOM
Locución: Verónica Cotero.
Realización: Juan Manuel
Guzmán
Producción. Radio
UJAT 107.3, de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco.
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